En estos días vivimos, lo hemos indicado en numerosas ocasiones, un
cambio de época que se manifiesta prácticamente en toda la estructura
que nos rodea. Pareciera como si el equilibrio de todo lo que habíamos
conocido como estable hasta ahora se viera alterado. Como si nada de lo
que llevamos aprendido nos sirviera para afrontarlo haciéndonos
indefensos ante lo que pueda pasar al día siguiente. A una velocidad que
nunca hubieramos imaginado se suceden cuestionamientos de valores,
nuevos paradigmas, descarte de normas que nos habían parecido básicas y
un largo etcétera ante el que, como mucho, solo nos da tiempo a ser
espectadores que no pueden intervenir.
Curiosamente esos
cambios son resultado de cambios individuales de otros semejantes
nuestros que un día cuestionaron la "realidad imperante" y se decidieron
a modificarla ( para bien o para mal desgraciadamente). Hay que
explicar que para que algo suceda, alguien tiene que llevarlo a cabo y
esto que estamos viviendo no es mas que el resultado de pequeños cambios
personales en la aplicación de conductas trascendentes que dan lugar a
hechos que a su vez modifican los paradigmas establecidos. El efecto de
amplificación se produce cuando alguien rompe la dinámica y otros,
simplemente se suman y lo asumen como nuevo paradigma. Así sucede por
mucho que intenten explicarnoslo a base de decirnos que son las
"subprime" , los "swap" los "neocon", o se recurra a conspiraciones de
sociedades secretas. Cualquier cambio ocurre porque alguien da el paso y
otros le siguen. Básicamente es así.
Y ante esto ¿Sólo se
puede ser espectador? ¿Es que no hay nada que hacer y sólamente podemos
estar atentos para que la próxima oleada no nos arrastre?
No
y mil veces no. Cada uno es dueño de su propia realidad, de su propio
destino, y es el único capacitado para asumir cambios externos o para
provocarlos y de igual manera a no aceptarlos y generar realidades
propias.
Manifestarse, protestar, oponerse a la doctrina
establecida no es suficiente. En nuestra propia condición humana está la
elección entre el ir a la deriva siguiendo la corriente que en cada
caso arrastra o en dar un paso lateral y emprender un camino diferente.
No vale el "no podemos hacer otra cosa". Si se cambia individualmente,
si que quiere cambiar de verdad, también ese paradigma que se nos
intenta imponer se puede cambiar.
Nosotros hemos salido de la corriente. Estamos en la orilla trazando nuestro propio camino. ¿Y tu?
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