Hace poco nuestro hijo, estudiante de Comunicación Audiovisual, nos comentó que en la facultad habían realizado, en la asignatura de ética audiovisual, un forum sobre dos películas aparentemente completamente diferentes, la mítica "Casablanca" y la pequeña joya del cine indie "Once". La verdad es que me sorprendió la coincidencia, pero es cierto que las une algo muy poderoso, algo que en Coaching se trabaja todos los días y que forma parte indisoluble de muchos procesos.
En ambas cintas hay un hilo común argumental, en ningún caso central, pero sí parte consustancial de la trama. En "Casablanca" el icónico Rick, cínico y desengañado, abandonado por Ilsa, su gran amor, en el eterno París, se debate entre recuperarla o sacrificarse por una causa que le da igual en el fondo, pero que al fin y a la postre sabe que significará la felicidad de ella; en "Once", el melancólico Glen, en pleno proceso de lamer sus heridas después de un fracaso amoroso y condenado a una existencia anónima de la que sólo sale tocando en las calles de Dublín, se debate entre romper con todo y enamorarse de la recién llegada a su vida Marketa, o arriesgarse e intentar triunfar en la música marchándose a Londres. En suma, tomar decisiones, elegir caminos, en su caso definitivos. Es es el hilo que une a estas dos maravillosas películas, tan distintas en principio.
Y ese es uno de los nudos gordianos de nuestra vida. El tomar decisiones, el optar por una de las posibilidades que barajamos y se nos ofrecen. A veces, como en los dos casos anteriores, dejando atrás situaciones o personas que han formado parte consustancial de nuestra vida, que incluso la han dado sentido. Otras por la responsabilidad que comportan en lo que pueden afectar a nuestro entorno personal o profesional. En definitiva, las decisiones son una parte fundamental de nuestras vidas y, o estamos tomándolas en un instante determinado, o estámos en tránsito, analizando para hacerlo.
El Coaching precisamente ayuda a tomarlas desde una perspectiva absolutamente integral. Es decir, habiendo analizado cual es nuestro objetivo, donde queremos llegar, habiendo valorado opciones personales tras desmontar, si procediera, creencias que pudieran estar haciendo invisibles las mismas, habiendo trazado un plan que de soporte al camino elegido que además cuente en que medida va a afectar esa decisión a nuestro entorno y un plan B ( o C incluso) por si el primero, que no somos infalibles, falla.
En el ámbito empresarial, este proceso se convierte en absolutamente crucial por las repercusiones que supone la toma de decisiones, verdadero baluarte de los buenos ejecutivos que, aunque muchos lo crean, casi nunca toman decisiones guiados de su instinto, como la literatura de management a veces predica, confiriéndoles atribuciones casi de semidioses. Todo lo mas tienen una habilidad especial, que procede en un alto porcentaje del desarrollo, del entrenamiento, que les permite el análisis de las diferentes opciones de forma que pueden valorar adecuadamente el peso sobre todo de las repercusiones, buenas o malas. Es decir, no se nace con la cualidad, hay opciones de, con trabajo y constancia, desarrollarla, y es opción de los mejores hacerlo. Y en ese devenir, el ejecutivo, que no es un Dios, cae víctima (que cae, lo aseguramos) de las creencias que se van adhiriendo sin notarlo o del desgaste lógico en el ejercicio de su labor. El Coaching está ahí para volver a desaprender lo aprendido y volverlo a reaprender. Las veces que hagan falta.
¿Y en el personal? ¿Por qué no seguir el mismo método que sigue un ejecutivo? ¿Es que las repercusiones que pueden tener las decisiones sobre nuestra propia vida o entorno no son cruciales? ¿No pueden afectarnos? ¿Por qué no emplear parecidas herramientas, parecidos métodos para hacerlo? (En esencia, son exactamente las mismas). ¿Por qué no usar el Coaching para minimizar los riesgos, para ser en definitiva más libres, menos influidos, más tranquilos, más acordes con lo que pensamos y lo que queremos?
Imagina si el guionista hubiera incluido a un coach al lado de Rick o al lado de Glen.....
La teoría, siempre resulta muy fácil y las grandes decisiones, nunca se toman y se aciertan, a pesar de que se analize concienzudamente la cuestión, hay circunstancia que la salida mas cómoda es, la más incoherente y es la que aciertas.
ResponderEliminarPorque los análisis, son muestras que entresacas de otros temas o circuntancias parecidas, pero no es fàcil de acertar, si ayudan pero de manera sesgada, nunca tienes la seguridad de un acierto completo.
Por lo tanto, sigo creyendo que si conviene un analis de los temas y si estos son vistos desde otra óptica por otra persona, tal vez mejor, pero, hay un alto porcentaje de desaciertos.
Hay que ser conscientes de esa circunstancia
Estamos de acuerdo en tu comentario, lo que sostenemos además es que para analizar los temas, incluso para confrontarlos con otro, es necesario un entrenamiento y un continuo aprendizaje en las mejores condiciones internas, conocinedo variables, debilidades fortalezas y entorno de cada uno.Si no, corres el riesgo de no caer en la cuenta de soluciones viables o incluso de no considerarlas por creerlas erróneas de antemano.
ResponderEliminarGracias por tu aportación.