- Me gustaría volar como tú, Salomón.
-¿Por qué, Sara? ¿Por qué te gustaría volar?
-Es aburrido caminar siempre. Vas muy despacio. Tardas mucho en ir de un sitio a otro y apenas ves nada. Sólo ves las cosas que están en el suelo.Cosas aburridas.
-No has respondido a mi pregunta, Sara.
-Sí que la he respondido, Salomón. Quiero volar porque...
-Porque no te gusta caminar, porque te parece aburrido. En realidad, Sara, no me has dicho por qué quieres volar. Me has dicho por qué no quieres no volar.
-¿Acaso no es lo mismo?
- Claro que no, Sara. Hay una gran diferencia. Inténtalo de nuevo.
Un tanto sorprendida por el empeño de Salomón en buscarle tres pies al gato, Sara empezó de nuevo.
-Muy bien. Quiero volar porque andar por el suelo no es divertido y porque tardas mucho en ir de un sitió a otro.
-¡Ay, Sara! ¿Ves como sigues hablando de lo que no deseas y el motivo de que no lo desees? Vuelve a intentarlo.
-De acuerdo. Quiero volar porque... No lo entiendo, Salomón. ¿Qué quieres que diga?
-Quiero que me digas lo que deseas, Sara.
-¡QUIERO VOLAR! -gritó Sara, enojada por la incapacidad de Salomón de comprenderla.
-Bien, Sara. Ahora dime por qué quieres volar. ¿Qué imaginas que significa volar? ¿Cómo te sentirías? Explícamelo para que lo comprenda, Sara. Descríbeme lo que se siente al volar. No quiero que me digas lo que sientes ahí abajo, en tierra, ni lo que significa no volar. Quiero que me digas lo que se siente al volar.
Sara cerró los ojos, captando lo que quería decir Salomón, y respondió:
-Volar es sentirse libre, Salomón. Es como flotar, pero más rápido.
- ¿Y qué verías si volaras?
-Vería todo el pueblo a mis pies. Vería
-¿Qué se siente al volar, Sara?
A veces es imposible que ni nosotros sepamos lo que queremos, si no somos sinceros con nosotros mismos, y hacemos el ejercicio de indagar exactamente en lo que sentimos. Con demasiada frecuencia expresamos nuestras demandas en forma negativa, en lugar de formularlas en positivo. Si os parece difícil llevarlo a cabo, observad primero desde fuera esta situación en cualquier hecho cotidiano y podréis calcular cuantos conflictos se evitarían si la comunicación fuera realmente asertiva y sincera, si comunicaramos realmente lo que queremos y no lo que no queremos que suceda.
Después, quien lo desee, puede hacer una traslación a la relación consigo mismo y reflexionar sobre cuantas oportunidades hemos perdido por empeñarnos en disfrazar nuestra realidad ante nosotros mismos. Por enmascarar nuestros deseos reales con convencionalismos.
Dicen que la peor mentira es la que uno ejerce sobre si mismo, así que la primera regla debería ser contarnos de forma real y exacta lo que queremos, sin engañarnos. Es uno de los pilares para construir el camino para el cambio, que creo que nos conviene practicar.
Un feliz final de Jueves para todas y todos.
PD. Gracias a bahhia por enviarme el texto, y lo mas importante, por deducir que vendría como anillo al dedo a este sitio ; )
Bahhia siempre es muy acertada!!!
ResponderEliminarAl sitio le viene como anillo al dedo y a mi ni te cuento...
A pensar en positivo y a visualizar lo que se quiere desde el SI.
Besitos y buen fin de semana!!!! Se feliz!!!
Gise, como siempre eres la alegría personificada. Sigue así por favor :)
ResponderEliminarY a quién no le ha ocurrido lo de formular lo que no quiere en lugar de lo que sí?
ResponderEliminarUn abrazo y enhorabuena por este lugar de encuentro :-))))
Qué gran verdad! Y qué acertada Bahhia.
ResponderEliminarBesos!!
Acabo de ver la página y me ha gustado mucho, seguiré visitándoles. Besitos
ResponderEliminarGracias Bahhia por la recomendación.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Candy, siempre da en el clavo...
ResponderEliminarEjco, gracias, espero verte por aqui y por el Grupo de facebook
Javier , encantado. Le transmito tu comentario a bahhia